La vida de Laura.

Hola Alicia. 

Voy a compartir mi experiencia contigo por si la quieres publicar y puede ayudar a alguien. De mis datos personales solo publica mi nombre. Soy mujer con cuarenta y tantos y varios hijos en la adolescencia.
Mi relación con mi marido empezó muy joven, con apenas 20 años. Él era el tercero de mis novios. Cuando le conocí me quedé totalmente enganchada y enamorada. Es una persona muy inteligente y culta y venía de buena familia de buen nivel. Tiene un alto cargo de responsabilidad. Es 5 años mayor que yo.

Los primeros años pasaron como la mayoría de parejas. Acaramelados y disfrutando de nuestra sexualidad joven. Ya en aquellos años una escena que se repetía bastantes veces en nuestros momentos íntimos era que él me preguntaba por mis anteriores novios, y me hacía explicar momentos íntimos con éstos. A mi me daba reparo, pero veía la excitación que le producía y le seguía el cuento. Debo reconocer que a mi también me gustaba recordar buenos momentos con novios pasados y sus agradables compañías.

Con los años fuimos evolucionando como pareja y poco a poco entró la experimentación por cosas nuevas (juguetes). Cada vez que salíamos de viaje es cuando teníamos aventuras apasionantes de pareja. Nada fuera de lo normal. Eran nuestros años dorados porque ya teníamos los hijos y en casa era difícil de tener relaciones que no fueran un relámpago silencioso, pero cuando salíamos aprovechábamos bien el tiempo.

En nuestras escenas poco a poco entró en juego la sumisión. Unas veces por parte de él y otras por parte mía. Siempre me había ido regalando juguetes y demás, y en aquel tiempo empezó a regalarme conjuntos de piel, corsets, vestidos atrevidos, etc. Una vez me pidió que fuera su ama durante un día. Yo no tenía experiencia, pero mi imaginación no tiene freno y sus erecciones me indicaban que no lo hacía mal del todo. Veía lo que le excitaba cuando yo tomaba un modo autoritario. Me encantaba verle sumiso ante mi.

Así iban sucediéndose los días y años. Él en momentos previos al orgasmo me empezaba a hablar de infidelidades mías, cuernos, otros hombres, etc, y eso le ponía mucho. A mi no me desagradaba porque era parte de nuestros juegos. Hasta el día en que él me lo pidió. En este caso, debo decir que se lo curró mucho. Me invitó una noche de cena al mismo lugar donde me había pedido que fuera su esposa muchos años antes. A final de la cena me regaló una joya. Yo no entendía porqué. Le preguntaba el motivo y él me decía que "era por el amor hacia mi" y porque quería pedirme una cosa.

Al final de la cena, me hizo un discurso declaración de amor de aquellos que te hacen llorar. Sólo que al final me pidió lo siguiente:

- ¿Quieres ser mi esposa el resto de nuestras vidas? Pero con una condición. Si te surge una opción de estar con otro hombre, quiero que lo disfrutes y me lo compartas.

Me acuerdo porque una cosa así no se olvida facilmente. Mi corazón dio un vuelco. No entendía. Me eché a llorar. Nos abrazamos. Le dije que porque me pedía eso. Qué yo le amaba y no necesitaba a nadie más.
Si una virtud tiene mi marido es la paciencia, y me dijo que esperaría. Que no quería que yo hiciera nada que no quisiera. Pero que era inevitable que un día pasaría porque seguro que alguien de mi entorno me desearía. No le dí importancia a aquello, pero puedo decir que desde ese día mi relación con los hombres cambió, porque hasta ese momento, yo sabía que atraía a otros, pero no quería provocar nada más. Poco a poco empecé a soltarme y disfrutar de los tributos como mujer. Lástima no haberlo sentido años atrás donde el físico no empezaba a pasar factura.

Realmente me daba pánico el pensar que si un día tenía algo con otro hombre, lo que podría pasar fuera algo imborrable. Una cosa son las palabras y otra los hechos reales. Pero tal como digo, mi marido tiene paciencia, y pasaron años donde nuestra fantasía se iba haciendo más grande. Yo realmente no tenía intención de dar el paso. Aquello ya me gustaba. Mi relación sexual con él era buena, y pensaba que no necesitaba nada más.

Pero un dia ocurrió. Una cena de navidad de trabajo. Unas copas de más. Unos bailes, risas, etc. Ese día tuve un pequeño lio en el coche con un compañero. No llegamos a finalizar nada porque mis remordimientos pudieron, pero cuando llegué a casa y me acosté, mi marido me abrazó. Tenía ganas y yo tambien asi que nos pusimos, y poco a poco, fue preguntando cosas de la noche, hasta que le reconocí lo que había pasado. Se excitó mucho, y me preguntó porque no me lo habia tirado. Le dije que por amor a él. Me dijo que la próxima vez por amor a él me lo tirara y luego regresara a casa.
Así es como empezó todo. En un viaje de trabajo coincidí con este compañero de trabajo, y me solté.

En la cena, le envié un mensaje a mi marido diciendo que estaba él. Él solo me respondió "TE AMO. DISFRUTA".

Aquello fue la autorización que estaba esperando.

Cuando terminé con mi compañero le contesté "TE AMO CORNUDO".
Me contestó con una gran sonrisa.

Aquello fue el inicio. Yo no lo busqué, pero la paciencia de él me pudo. Y ahora lo disfrutamos juntos. Me siento plena, liberada. Mi salud está mejor que nunca. Hace años había tenido unos problemillas y han desaparecido. De vez en cuando me siento nuevamente enamorada de alguno de mis amantes. Siento que tengo amor para dar a varios. ¿Porqué ha de ser restringido a un solo hombre? ¿No tenemos amor para todos los hijos que tengamos? Me siento amada por varios y eso es maravilloso. Pero siento que tengo al mejor amigo de mi vida a mi lado. Le amo. Nunca amaré a nadie como a él.

¿qué opinas acerca de esto último?


Laura