¡ La gran decisión de Confesarlo !

Según he podido observar en Internet, a pesar de ser un tabú en casi todas las sociedades este tema de los cuernos es una fantasía presente en la mente de muchos hombres a nivel mundial; algunas veces son fantasías silenciosas y otras veces éstas son manifestadas a la pareja con consecuencias felices para unos e infelices para otros, aunque son muy pocos los que se atreven a confesarlo.

Según mi experiencia y en los casos que he podido tener acceso a través de la lectura, o de las parejas que me cuentan sus experiencias o piden consejo, los cuernos consentidos no son una fantasía que todos puedan llevar a la práctica. Sólo las parejas que hayan alcanzado un alto nivel de madurez y solidez podrían atreverse a plantear esta aventura a su pareja y dar algunos pequeños pasitos y evaluar qué tan cómodos y seguros se sienten con lo cuernos.

La diferencia entre Marido Consentidor/Hotwife o una Pareja Liberal.

Si bien es cierto que estas 2 formas implican una forma de pensar más liberal respecto de la sexualidad común de las personas, ambas actividades implican sexo extraconyugal y ambas formas de pensar han roto los tabúes impuestos por la sociedad; sin embargo, son diferentes en cuanto al rol y permisos con que cuenta cada uno de los miembros de la pareja, en particular el hombre de la casa.

Las Parejas Liberales están constituidas por parejas en las que "ambos" cuentan con libertad de disfrutar de su sexualidad con otras personas. Tanto él como ella pueden tener encuentros sexuales con otras personas juntos en la misma habitación o, en ocasiones, cada uno por su lado pero siempre con el conocimiento y consentimiento de la pareja.

En el mundo de los Maridos Consentidores, ella, la esposa, denominada Hotwife, es la que goza de esta libertad. Ella puede, y de hecho lo hace, tener sexo con otros hombres delante de su esposo o por su cuenta pero con el conocimiento, consentimiento y complicidad de él. Por su parte él no goza de esta libertad, él guarda fidelidad a su amada esposa siendo feliz y gozando cuando su esposa es feliz y goza. Pero no como signo de represión ni dominación. Él acepta este rol y lo disfruta, y no ve necesidad de buscar otras mujeres. Le basta con saber que su mujer está disfrutando plenamente como ella desea.

Seguridad vs dudas:

La pareja  debe estar completamente segura de lo que desea hacer. Ella debe amar a su esposo y saber que haga lo que haga o con quien lo haga, siempre va a regresar a su hogar (aunque sea con la vagina irritada y llena de leche). Él debe estar seguro del amor de ella y que sus encuentros sexuales con otros son solo eso: sexo.

Si hay alguna duda hay que conversar bien en el interior de la pareja (aquí los terceros sobran y no tienen opinión), evaluarlo y decidir si continúan o abandonan el intento dejándolo en la pura fantasía.

Una linda relación de pareja no se debe perjudicar por un simple "calentón" de una fantasía. 

Según mi experiencia, es importante, muy importante, que la pareja vaya realizando una evaluación de su situación como pareja, que debe ser muy fuerte y estable,  y a partir de ahí vaya avanzando.

Sus fantasías:

Lo primero que deben considerar es su nivel de comunicación:

¿Qué tan fácilmente pueden expresarse el uno con el otro? ¿Qué tan bien pueden entender su lenguaje verbal y no verbal? ¿Qué tan tolerantes son con la forma de pensar del otro? ¿Qué tanta afinidad tienen en sus actividades? (no solo en lo sexual), etc.

Y es que si su comunicación está en un buen nivel, esto llevaría implícitamente a un alto conocimiento de su pareja, de su forma de pensar, sus gustos y aficiones, su jerarquía de valores, sus prioridades, sus sueños y también sus fantasías.

Pienso que el conocimiento de la pareja debe ser realmente pleno para adentrarse en este mundo pues deben tener en cuenta que cuando estén realizando sus exploraciones y estén presentes otras personas en la misma habitación (pues de eso se trata este tema) ambos deben poder "leerse" mutuamente y saber si están cómodos o si algo no les ha gustado y esto muchas veces no lo van a poder decir en voz alta... Imagínense que están en una cita, en una cena para conocer al candidato, y de repente ella siente un aroma que le resulta desagradable. Ella no va a poder decir "él apesta", pero su pareja debe poder darse cuenta de inmediato que este candidato no va a ser el elegido y que entre ambos deben ir dándole las señales para rechazarlo de la manera más amable posible porque tampoco se trata de hacer sentir mal a la gente.

¿Estamos realmente seguros de esto?

Aunque suene repetitivo debo insistir en esto, mi intención  no es calentar a nadie para que se tire de cabeza a la piscina sin saber si tiene agua.

Muy bien, creemos que nos conocemos lo suficiente y nuestra relación y amor es muy fuerte y estable y, entonces nos hacemos las preguntas: ¿Cómo le digo a mi pareja que tengo una fantasía que quiero hacer realidad? ¿Cómo se lo tomará? ¿Afectará a mi relación de pareja? (esta es la pregunta que más frena a la hora de plantearlo a la pareja)... Entonces, volvemos al punto anterior, si no sabes cómo decírselo o cómo lo va a tomar entonces no la conoces lo suficiente como para ingresar en este mundo, hay que regresar al punto anterior y seguir trabajando la comunicación, el conocimiento mutuo, la confianza y la estabilidad emocional de la pareja en su conjunto.

Luego, una vez se ha superado la barrera de la comunicación y del conocimiento, creo que sigue el establecimiento de las prioridades. Si bien es cierto los amantes deben recibir su ración de goce y los maridos deben disfrutar mucho prestando a sus esposas, pero lo principal y más importante es el disfrute de nosotras. Ella va a disfrutar de su sexualidad con la complicidad de su esposo. Esto debe estar muy claro, es una decisión de ambos, aquí nadie puede ni debe imponerle cosas a nadie. Si ella no pasa una buena experiencia, no querrá repetir.




Hay que entender, y creo que es general, que esta fantasía llevada a la realidad y acomodada en el matrimonio, casi siempre, es una necesidad del marido al inicio.
Normalmente, son los maridos, los que van empujando hacia esta situación a sus esposas, a pesar de que podría pensarse que es al revés, ya que las mayores beneficiadas somos nosotras (o eso pienso yo, jaja). 
Y es por ello que llega un día en que hay que sacarlo a la luz. Mi marido me confesó que estuvo más nervioso el día que me pidió esto que el día que me solicitó en matrimonio (hace ya muchos años). 

Creo que es normal. Cuando te piden en matrimonio, estás aceptando empezar una nueva vida, desde cero. Te pueden dar un negativo como respuesta pero sólo perderias a nivel emocional, porque , en el mundo hay muchas más candidatas y candidatos, y aunque lo pases mal un tiempo, lo olvidarás y tendrás nuevas oportunidades. 

EL GRAN MOMENTO.

Aqui es muy distinto. Cuando lo pides, arriesgas muchos años de confianza, de vivencias, de experiencias, y no sabes del todo seguro como afectará el confesarlo a la pareja. Los hombres que me explican sus casos me confiesan, que tienen mucho miedo a que sus mujeres piensen en que ya no las quieren. 
Pero para eso estoy yo aqui. Quiero desde aqui  desmentir. Sería muy diferente pedir ir con otras mujeres. Entonces, sí que nosotras nos preguntariamos cosas como:
  "¿porqué? ¿no tiene suficiente conmigo?, ¿habrá conocida a otra? . Ya no me ama, ni me desea, etc."
 
Lo que proponeis aquí es un acto de valentía y de seguridad tal, que yo creo (y ahora hablo por mi), me seduce y me engancha plenamente y definitivamente a ese marido que me da esa libertad con esa seguridad tal. 

Pero, la respuesta, casi siempre al principio es negativa, pero no por pensar en nada en contra del marido, si no por los miedos que se abren en nuestras  mentes ante ese nuevo mundo que se abre ante nosotras. 

Si teneis paciencia, vereis como TODAS van avanzando hacia esta nueva manera de sexualidad en  la pareja. Y si no cometeis ninguna tontería por ir rápido, llegará el momento (porque es inevitable que con los años algún día pase algo con una tercera parte) en que ella aceptará porque sabrá que tiene el respaldo en casa (o al menos tendrá la excusa).

EL SEGUNDO GRAN MOMENTO

Y ahí estará otro gran momento de la vida en pareja. Ahora será ella la que deberá "confesarte" que ha tenido "algo" con un tercero. 
Si en ese momento, el marido actúa de una manera coherente con todo su discurso anterior, y no se enfada ni se pone a gritar, etc, y actúa como "él mismo había solicitado", y habla con la mujer de manera adulta y normal, incluso morbosamente, aceptando que ella hubiera tenido eso con el tercero e incluso disfrutándolo,  y ella vé en él su complicidad, estará superada la barrera definitiva.

Ese será el inicio de esta nueva vida en pareja.

Espero hayais encontrado en esta entrada una respuesta a las muchas peticiones que recibo por email pidiendo consejos prácticos.

Un beso.
Alicia.